Células de sus hijos viven
por años en el cerebro de las madres. La conexión entre madre e hijo es mucho
más profunda de lo que pensamos; realmente el ser humano es un organismo
plural, constelado por sus ancestros a nivel celular
Sabemos que células migran entre la madre y
el feto a través de la placenta, incorporándose a distintos órganos. Pero
el nivel y la duración de esta migración no fue reconocida hasta poco tiempo,
luego de que científicos empezaron a descubrir células masculinas viviendo en
mujeres años después del embarazo.
Este
fenómeno se conoce como microquimerismo. Un estudio examinó los cerebros de
mujeres que habían muerto, descubriendo que el 60% de los cerebros contenía
células masculinas. El microquimerismo es el resultado del intercambio celular
a través de la placenta, pero recientemente se descubrió que esto también
ocurre a través del cuidado maternal propio del amamantamiento e incluso se ha
observado que los gemelos también intercambian células en el útero. Científicos
consideran la posibilidad de que células de un hijo anterior puedan pasarse a
otro hijo más joven a través de la placenta en su posterior gestación. Las mujeres
pueden mantener células microquiméricas de su madre así como de sus embarazos y
si tiene evidencia de que existe competencia entre las células de la abuela y
de los hijos en la madre.
No se sabe del todo cual es la función de estas
células pero se cree que pueden participar en la restuaración del tejido de
manera similar a las células madre y se cree también pueden tener un papel en
el sistema inmune. Se ha encontrado una mayor cantidad de células
microquiméricas en la sangre de las mujeres sanas en comparación con mujeres
que tiene cáncer de mama.
El mundo de las células microquiméricas prueba
una vez más que el ser humano es esencialmente plural, es una colonia de seres,
no sólo conectados a través de lazos emocionales sino también sociobiológicos.
El individuo no existe: estamos hechos de muchos. La conexión entre la madre y
el hijo es más profunda de lo que se imagina.