lunes, 29 de abril de 2013

Los órganos del cuerpo y su relación con las emociones.


¿Qué órgano de tu cuerpo está teniendo una dolencia?

El Hígado:

Está a cargo de descomponer y de almacenar y reconstruir la materia. Si la vida de una persona se desmorona, y no puede llevar a cabo la tarea de reconstruir, entonces uno almacena sensaciones de hallarse sobrecargado, sobre-exigido, lo cual puede crear bronca, odio y resentimiento. Mucha gente de hecho están sobrecargadas por las circunstancias de sus vidas, pero el umbral difiere ampliamente y por supuesto muchas personas tienen distintas neurosis cuando se sienten sobrecargadas.

Los Pulmones:
Tienen dos funciones: inspiran la vida y expresan ideas a través del habla. Si tiene problemas con los pulmones, la expresión de uno está siendo sofocada, no se pueden expresar libremente, en algún área de su vida.
Cuando una palabra subyuga a un niño, el niño puede convertirse ya sea en una persona muy ruidosa y que siempre presiona a los demás para que justamente lo escuchen, lo cual es una sobre-estimulación de los pulmones, o nos rendimos, porque nos hallamos oprimidos y cerramos nuestra comunicación, y entonces tenemos los pulmones débiles.

Generalmente si ustedes tienen problemas con los pulmones, es porque tienen que hacerse oír, y aprender nuevas formas de comunicación. Y con respecto a sentirse oprimidos, recuerden que hay cierta gente que se siente oprimida en un segundo, uno se les acerca y ya se sienten oprimidos, eso es lo que quiero significar. Ellos están tan llenos sin poder desagotar, por eso toda la reducción del stress es una ayuda tan grande.
La meditación reduce al stress y si aprenden a hacerlo adecuadamente es muy útil, pero si lo hacen solamente un rato corto esto no consigue el efecto deseado.


El Estómago:
Es la asimilación de las experiencias de nuestros ideales, y si sienten que es demasiado lo que pasa, uno no puede asimilar las cosas adecuadamente, entonces el estómago se puede descomponer, y el resultado de una preocupación crea una rajadura entre la mente y las emociones.
Recuerden nuevamente que si sienten que es demasiado lo que pasa, y para mucha gente es cierto, los que tienen muchos temas simultáneos, todo está sucediendo demasiado y todo el tiempo, siendo ellos mismos los que están creando todo eso, ya que son patrones de conducta, entonces hay que mirar.


El Páncreas:
Tiene que ver con el azúcar y con la dulzura de la vida, pudiendo el mismo ser dañado por la amargura, en especial una mamá muy amargada, y hay mucha gente sufriendo este problema.


Los Riñones:
Involucran emociones y son el canal procesador de agua más importantes, ya que es ahí donde se almacena los temores resultantes de traumas, los cuales dañan a la vitalidad de la persona, bloquea su motivación y su entusiasmo. Cuando el temor se almacena en los riñones, el individuo se hallará incapacitado de manejar situaciones emocionales futuras.


El Bazo:
Retiene los fracasos, los deseos de muerte, apatía, y si una persona enfrenta más dificultades de las que puede soportar, uno se puede dar por vencido, uno puede creer que realmente fracasó, y pierde su voluntad para vivir, y su deseo de vivir. Se presentan problemas de circulación y digestión, pereza, porque los sentimientos se mueren, y uno tiene a intelectualizar todo, y uno siente este tipo de apatía y tiernamente lo soportamos, y como que la alimentamos. Es un problema del bazo.


Corazón:
Tiene que ver con el amor, y el daño ocasionado al corazón siempre es por la pérdida, cuando uno resquebraja la confianza de una persona en uno, y eso nos conduce al temor, más pérdidas y también a la posesividad, a los celos, egoísmo, todo eso es el daño y el corazón está roto.


La Vesícula Biliar:
Es el precursor a tener problemas cardíacos, y resulta dañado por el temor a la pérdida, y todas las tensiones resultantes de una falta de confianza en la vida.
Es ansiedad con respecto al futuro y acá hay que mirar el tema de la concepción, si los padres no son positivos cuando ustedes fueron concebidos, si el alma pasó por un momento de trauma y no fueron bienvenidos a la nueva encarnación y hay una gran desilusión del alma acerca de la forma en la que los padres se ocuparán del niño, entones hay problemas en la vesícula biliar.


Los Pechos:
Representan el aspecto nutriente de lo femenino, como así también a la sexualidad y almacenan los sentimientos de la mujer con respecto a su sexualidad y de cómo los hombres la ven.
De forma que si hay un trauma sexual, represión, resentimientos respecto a las expectativas de su rol, entonces puede suceder un daño.


Las Piernas:
Nos llevan hacia delante, nos sostienen, los problemas se presentan cuando la persona no ha tenido el coraje de dar un paso nuevo. Muchas veces es porque aquellas personas no han tenido el apoyo que él o ella creyó necesitar, y entonces comienza a tener problemas con sus piernas.


Las Manos:
Corresponden al dar y recibir, y el problema se desarrolla cuando una persona no se siente igual a otras, y no pueden encontrar el balance justo entre el dar y el recibir. Eso tiene que ver con si usa su fuerza de voluntad o la cede.
Este desequilibrio se produce por un ego súper desarrollado o una falta de autoestima.


El Cuello:
Es la parte flexible de la columna dorsal, es el balance de su voluntad con flexibilidad. Un cuello duro es una actitud rígida, la tensión se siente en el cuello cuando la propia rigidez le hace mantener a uno conceptos rígidos y esos son desafiados.


El Pelo:
Es gobernado por el hígado de modo que la pérdida de cabello se produce por aferrarse rígidamente a la bronca o enojo. Cuando alguien impone su voluntad sobre otros para probar simplemente su punto de vista, uno sigue trayendo a la vista resentimientos pasados, o sea recordándolos. Y son “cabezas duras”. Pueden tener problemas con el pelo.


Las Caderas:
Son los puntos de equilibrio, son energía creativa asociada con la crianza de los niños.
Es nuestra habilidad de pararnos y valernos por nosotros mismos, y la flexibilidad en las caderas, está relacionada con su sentimiento de libertad personal, y acá miramos a los adolescentes, en los cuales se producen temas acerca de su primer sentimiento de separación de los padres, de las expectativas, de sus direcciones, tenemos una entidad sexual.
Si uno se rinde al control de los padres, como adolescentes, en vez de encontrar nuestra propia dirección, entonces las caderas no se desarrollan adecuadamente. De modo que el deterioro de las caderas realmente surge de una culpabilidad sexual, de modo que si sentimos culpa y resentimiento, porque hemos permitido que otros tomen decisiones por nuestra cuenta, y no hemos expresado nuestro poder, también tenemos deterioro en las caderas.


Las Tiroides:
Es donde almacenamos enojo, es el deseo de poder, de actitudes rígidas, cuando las tiroides no funcionan bien. Hay una calcificación anormal en los huesos, y que puede también desarrollar una artritis y de vuelta el cuerpo rígido proviene de una mente rígida.


El Timo:
Almacena temor y gobierna nuestro sistema inmunológico de forma que el miedo hace que una persona retroceda y se achique y se puede perder la integridad en una situación, y cuando esto sucede el cuerpo permite la entrada de virus.
Cuando uno tiene un virus, hay que mirar por dónde surgió el temor en su vida, dónde uno se achicó frente a una situación, tiene que volver a esa situación e imaginarla en forma diferente y cambiarla y ello ayuda a combatir el virus.


Las Glándulas Suprarrenales:
Almacenan pena y nos lleva al complejo de víctimas, ¿peleo o me escapo? Siempre creen que hay algo ahí afuera que se va a apoderar de ellos, y los está persiguiendo.
Cuando no están dispuestos a soportar amorosamente una experiencia emocional dolorosa, esa persona reacciona como si el mundo fuera responsable por su experiencia dolorosa, y se olvida de que cada persona es responsable de su propia creación, de su vida.


La Glándula Pituitaria:
Almacena pena reprimida, porque al experimentar pena o dolor, puede ser una puerta o un portón hacia una conciencia superior, después de que los juzgamientos de las glándulas inferiores son transmutadas.
Soportando amorosamente el dolor, justamente esto permite que nosotros experimentemos la dualidad y reconciliar, y esto justo libera toda la parte del juzgamiento y ayuda a la glándula pituitaria.
La dualidad representa lo correcto e incorrecto, lo bueno y lo malo, lo positivo o lo negativo, a todo nivel.


La Glándula Pineal:
Necesita luz natural, de día, necesita entusiasmo y si no hay suficiente entusiasmo en su vida, la glándula pineal no funciona adecuadamente, así que tienen que salir a la naturaleza, porque la naturaleza a fin de hallar algo de luz natural, y eso realmente va a ayudar.


La Columna Vertebral:
La columna vertebral representa su voluntad, la fuerza de voluntad, es como que cuando uno no mantiene su propia visión, al enfrentarse con la presión que viene de afuera, uno puede llegar a tener ESCOLIOSIS, la distorsión de la columna, la que se tuerce porque su fuerza de voluntad se doblega.
Cuando uno utiliza la columna vertebral para hacer trabajo espiritual, nuestra fuerza de voluntad está alineada con la voluntad divina, y algunas personas lo llaman co-creación, pero realmente se trata de la columna vertebral que se abre a la Kundalini, lo cual es simplemente la parte femenina que se halla en la columna y a medida que nosotros nos damos cuenta de ello, ella también se va dando cuenta.


La Espalda:
Es lo que uno deja detrás suyo, lo que se quiere olvidar, lo que está en el fondo de nuestra mente, la parte baja de la espalda es el apoyo, y el dolor en esta parte es cuando una persona resiente al no tener el apoyo que él o ella cree que necesita, a fin de lograr algo.


La Vejiga:
Libera agua, es la expresión de manifestar exteriormente su emoción. Si la vejiga es débil, la persona siente dificultades en expresar sus sentimientos.


EL Intestino Delgado:
Es la etapa final de la digestión, es el comienzo de la absorción, provee la base para la construcción y el crecimiento, construye su personalidad, su carácter, su fuerza de voluntad, su confianza, pero más importante que todo es que refleja los estados más importantes de nuestra vida.
De modo que puede que realmente no funcionemos cuando una persona sufrió una gran vergüenza. Esa vergüenza sufrida en la primera infancia. Son muy conscientes, muy cercanas las personas, piensan que no se están acordando o pensando en ello, pero se acuerdan del colegio, la primera vez que menstruaron, los niños con quienes jugaron, algún pariente que les hizo sentir vergüenza.


El Intestino Grueso:
Tiene que ver con la materia sólida y esto nos muestra si somos capaces de lidiar bien con todos los temas materiales.
El Intestino Grueso tiene que ver totalmente con dejar ir y soltar todas las cosas que no nos sirven, y la incapacidad de dejar ir puede ser el resultado de un miedo a la pérdida. ¿Qué es lo que se pierde si se deja ir? Tienen que fijarse de vuelta en el momento de la concepción, qué es lo que formó la actitud de la personalidad de esa persona.


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martes, 23 de abril de 2013

¿Qué es una diosa?





"Una diosa es una mujer que emerge de las profundidades de sí misma. Ella es una mujer que ha explorado honestamente su oscuridad y aprendió a celebrar su luz. Ella es una mujer que es capaz de todo en el amor con las magníficas posibilidades dentro de ella. Ella es una mujer que sabe de los lugares mágicos y misteriosos en su interior, los lugares sagrados que pueden favorecer su alma y su conjunto. Ella es una mujer que irradia luz. Ella es magnética. Ella entra en una habitación y tanto hombres como mujeres sienten su presencia. Ella tiene el poder y suavidad al mismo tiempo. Tiene una energía sexual poderosa que no es dependiente en el aspecto físico. Ella tiene un cuerpo que ella adora y eso se nota por la forma en que vive y se mueve cómodamente en él. Ella aprecia la belleza, la luz y el amor. Ella es una madre para todos los niños. Ella fluye con la vida en gracia sin esfuerzo. Ella puede curar con una mirada o un toque de la mano. Ella es extremadamente sensual y erótica sin miedo y se involucra en el sexo como su manera de compartir con otros en contacto con lo divino. Ella es la compasión y la sabiduría. Ella es buscadora de la verdad y se preocupa profundamente acerca de algo más grande que ella misma. Ella es una mujer que sabe que su propósito en la vida es llegar más alto y en el estado de amor. Ella es una mujer enamorada del amor. Ella sabe que la alegría es su destino y por abrazarla y compartirla con los demás, las heridas se curan. Ella es una mujer que ha llegado a saber que su pareja es tan tierna, perdida y asustada como ella ha sido a veces. Ella ha llegado a entender las cicatrices del niño en él y sabe que, en conjunto, el amor puede ser el alivio, la curación de las heridas. Ella es una mujer que puede aceptarse a sí misma tal como es. Ella puede aceptar a otros tal como son. Ella es capaz de perdonar sus errores y no sentirse amenazada por otro, incluso cuando es atacada. Ella es una mujer que puede pedir ayuda cuando la necesita o dar ayuda cuando se le preguntó. Ella respeta fronteras, la suya y la de los otros. Ella puede ver a Dios en los ojos del otro. Ella puede ver a Dios en sí misma. Ella puede ver a Dios en cada situación de la vida. Ella es la mujer quien asume la responsabilidad de todo lo que ella crea en su vida. Ella es una mujer que es plenamente solidaria y generosa. Ella es una diosa. "

Autor Desconocido. 

Extraído de La Tienda Roja - San Diego California.


martes, 16 de abril de 2013

Sincronía.


“Si quieres hacer reír a Dios cuéntale tus planes.”

Tú y yo nos teníamos que encontrar aquí, y ahora, precisamente a través de este taller. Nada en la vida sucede por accidente. No existen las coincidencias, o como expresara Carl Gustav Jung, se trata de causalidad. Los que verdaderamente existen son los momentos en plena sincronía, y el momento en que escribí y lo mande por Internet, esto debía sincronizar con el momento en que tú decidiste leerlo. Así debía suceder y así está sucediendo.

Sé bien que puedes dudar de esto, sin embargo, con el paso del tiempo te percatarás de que. Así funciona la maravilla del Universo en el que tú y yo nos desenvolvemos. Desde hace años tuve la dicha de darme cuenta de que así suceden las cosas, todo es por algo y ese algo siempre es algo bueno, sea lo que sea. Existe una sincronía perfecta de sucesos en la vida para que todo marche como debe ser, todo está ya perfectamente planeado. Y lo más bello aún, es que esta sincronía de eventos en la vida, aún siendo un plan perfecto, nos permite gozar de nuestra libertad. ¡Qué ironía, pero al mismo tiempo qué maravilla! Más adelante me permitiré explicarte más.

Por el momento anhelo compartirte lo extremadamente feliz que he sido a veces. ¿Alguna vez has llorado por experimentar tanta dicha en tu vida? ¿Has llorado por sentir tanta emoción por existir, al contemplar las maravillas que Dios nos depara en cada momento? Yo he llorado a ese grado y es algo sublime. Ojalá lo hayas experimentado, e incluso ojalá lo experimentes con singular frecuencia.

Últimamente he viajado como nunca antes, visitando los lugares más bellos y conociendo a gente extremadamente valiosa y humana por razones profesionales. No puedo estar más agradecido por todo, y es que no te imaginas la mágica realidad que se vive con una nueva conciencia. Suceden tantas cosas que cualquier otra persona calificaría como "inauditas", y la verdad no es otra cosa más que la magia -milagros-que se experimenta en todo momento de la vida cuando uno deja de querer ser quien organiza todo y empieza a dejarse fluir por los designios de orden superior que han sido diseñados para cada uno de nosotros. En mis últimos viajes, he dictado conferencias en Chetumal, Cancún, Manzanilla, y en algunas otras partes, incluso fuera del país en lugares muy, muy lejanos. Lo que me ha sucedido en cada una de esas localidades ha sido sencillamente espectacular.

Desde el "aparentemente simple hecho" de encontrarme una pequeña nota tirada en la calle con información valiosísima para mi viaje, hasta una "aparentemente simple" llamada telefónica que nos cambió la vida a mi padre y a mí en cuestión de segundos. Y todos estos cambios resultaron ser formidables e incrementaron nuestra emoción por existir como nunca antes. Por ejemplo, me encontraba en la bellísima ciudad de Cancún, disfrutando éste bello lugar, cuando percibí una "voz interior" que me dijo: "...háblale a tu papá e invítalo a que venga contigo a Cancún".

Así lo hice. Lo llame y aceptó la invitación de inmediato. Desde ese momento hubo magia; él es una persona en cuyo estilo de vida suele estar todo "perfectamente bien pla­neado y con mucha anticipación", y haber aceptado una, invitación vía telefónica para viajar fue algo que salió de la norma. El concierne del hotel en el que me hospedé había resultado ser el presidente de conciernes a nivel nacional, mismo que me había invitado a dictar una conferencia en su congreso seis meses atrás, y en esta ocasión volvíamos a encontramos, pero ahora en un lujoso hotel.

Cuando llegó mi padre lo invité a cenar a su restaurante preferido. Ahí, empezó a hablar con mucha nostalgia de un bello pasado, cuando unos diez años atrás íbamos de vacaciones a Cancún, él y yo solos, y recordaba cuánto le gustaba cantar con el mariachi de un famoso restaurante de comida mexicana. A mí también me entró la nostalgia. Yo todavía estaba estudiando la escuela profesional cuando en vacaciones de verano íbamos con singular frecuencia a Cancún. Ahí veía a mi padre feliz; se relajaba tanto, se divertía tanto, que al verlo así yo era feliz también. Luego, el tiempo pasó, y nuestras ocupaciones nos distanciaron un poco (o un mucho). Y esta vez, cenando solos en Cancún, mientras nos emocionábamos por la magia de un recuerdo y tomábamos ya el café al final de nuestra cena, súbitamente entró un grupo de mariachis al restaurante. ¡Se trataba del mismo mariachi que acompañaba a mi padre diez años antes!

No lo podía creer. A mi padre le brillaron los ojos como nunca. La energía que emana un mariachi siempre es algo espectacular, y esa noche no fue la excepción. Luego de entrar con el clásico Son de la negra, varios de los integrantes del mariachi reconocieron a mi papá y se acercaron a saludado efusivamente. Cuando mi padre les dijo: "...me gustaría cantar con ustedes", el director respondió con un: "arránquense muchachos", y mi padre cantó con un entusiasmo desbordante.

Qué más te puedo contar, todos dejaron sus mesas para ver quién cantaba tan bien y con tanto sentimiento. Los meseros gritaban: "...otra, otra, otra". Yo estaba con lágrimas en los ojos y con un nudo en la garganta para ese entonces. Pensaba: "...cuántas cosas han cambiado en mi vida. Cuántas maravillas estoy viviendo en esta nueva conciencia. Cuánta dicha me rodea..." Esa mañana, ni mi papá ni yo llegamos a imaginar que estaríamos cenando la noche de ese mismo día juntos en Cancún, él cantando tan feliz como hace diez años, iY con el mismo mariachi y en el mismo lugar de siempre! ¿Coincidencias? ¿Fantástico accidente? Lo dudo. Más bien creo que fue una hermosa sincronía. Fue algo que teníamos que vivir -o mejor dicho, teníamos que volver a vivir. En experiencias como ésta se dice: "si lo hubiéramos planeado, no nos habría salido tan bien". ¿Verdad que a ti también te han pasado cosas similares? Pues esta sincronía todo mundo la vive. Sólo hay que dejarse fluir y enfocar nuestra mente en el bien, la verdad y la belleza.

Uno de los conceptos que ha sido "piedra angular" para generar una alta autoestima es que la mente atrae lo que piensa. Eso es innegable. Basta con que uno empiece a enfocar su mente en valores de orden superior, en la divinidad, en el bien y la verdad, para que en su debido momento y cuando la sincronía marque la perfección del suceso, éste aparezca en nuestras vidas. Así funciona esto. Así es como lo he llegado a entender.

Uno es libre de elegir en todo momento, aunque Alguien, quien genera el orden perfecto del Universo, por el amor que nos tiene, ya sabe lo que vamos a elegir; pero nopor el hecho de que Él ya sepa, nos impide tener la libertad de elegido. Es como cuando una madre que quiere tanto a su hijo lo lleva a comprarse una camisa. El amor hace que ella cuide de él tanto, que lo conoce cada vez más y, así, la madre puede saber de antemano los gustos de su hijo, y cuando éste va a comprar la camisa, la madre ya sabe qué color elegirá, pero el hecho de ya saber nunca le impide a su hijo tener la libertad de elegir el color de su camisa. Cualquier padre que lea esto sabrá, por experiencia propia, de lo que estoy hablando.

Por eso, siempre conservamos nuestra libertad, aunque ya todo esté planeado por Alguien que, al amamos tanto, ya sabe los desenlaces y el cómo deben funcionar las cosas para lograr la perfección del Universo, misma que no tiene por qué casar connuestra propia idea de perfección individual. Ésta es la razón por la que muchas veces, cuando nos sucede algo doloroso o decepcionante, cuando nos acontece lo que percibimos como una gran desgracia, hay que intentar entender que aun ese hecho es parte de la sincronía para lograr una perfección superior.

Continuará...
Juan Carlos Fernández.

domingo, 14 de abril de 2013

El sueño infantil en las culturas.




¿Existe el insomnio infantil? El sueño infantil en las culturas.

McKenna empezó a hacerse preguntas sobre el sueño del infante humano. ¿Por qué debía Jeff dormir solo, si dormía mejor con uno de sus padres? ¿Algún bebé humano está diseñado por la evolución para dormir solo? ¿Cómo duerme la mayoría de los bebés del mundo? ¿Y cuáles son las consecuencias de dormir solo y de dormir acompañado?

Jenny Calhoun, de dos meses de edad, duerme en el hueco del brazo materno; cada vez que se mueve en sueños, diez finos cables pegados a su cara y a su cabeza calva ondulan hacia todos lados, dándole el aspecto de una medusa bebé. Su madre, Amy Calhoun, abre los ojos soñolientos en el cuarto apenas iluminado, fijando una mirada inexpresiva en la diminuta cara que tiene a pocos centímetros. Los cables pegados a su cabeza se bambolean hacia la bebé, en tanto ella estira una mano inconsciente para dar a Jenny unas palmaditas tranquilizadoras.

Luego Amy acomoda la manta de la pequeña y ambas vuelven a hundirse en un sueño más profundo. Dos cuartos más allá, el antropólogo James McKenna contempla las doce agujas del polígrafo, que saltan en tándem cuando Jenny y Amy se mueven, cambian el plano de sueño y se dejan llevar. Los trazos del polígrafo representan lo que McKenna ve en la pantalla del monitor; las agujas brincan en respuesta a una emisión eléctrica, marcando líneas desiguales en un rollo de papel. Hasta un novato puede ver que las líneas de la madre y las de la bebé hacen un dibujo similar.

Los patrones de la actividad cerebral, el ritmo cardiaco, el movimiento muscular y la respiración son similares porque las dos experimentan una excitación mutua; juntas, ascienden, cruzan y descienden por varios planos de sueño. En la cara de McKenna se insinúa una sonrisa de duende: ha visto muchas veces ese patrón, pero nunca deja de divertirlo comprobar que la naturaleza utilice tan claramente el vínculo madre-bebé, aún en sueños. Este trabajo, junto con sus estudios previos sobre la conducta de los primates, lo ha convencido de que la mayoría de nuestras ideas sobre el sueño infantil son una construcción cultural, en peligroso desacuerdo con las necesidades biológicas y emocionales de los bebés. "Si tienes un bebé -dice McKenna cuando se le presenta la oportunidad- duerme con él."

En 1978, Jim McKenna y su esposa tuvieron un bebé, un varón llamado Jeffrey. El nacimiento de ese niño fue una coyuntura crítica en la vida de McKenna, en más de un sentido. Hasta ese año era conocido por sus trabajos sobre los monos langures, grandes monos grises de la India, famosos por su estilo maternal laissez-faire: a menudo otros monos de la tribu arrebatan al recién nacido de brazos de su madre para pasarlo de uno a otro como si fuera un muñeco. Pero si McKenna estaba muy enterado sobre la manera de criar de los monos, no lo estaba tanto en cuanto a cómo criar a su propio hijo. Uno de los problemas era el sueño: como cualquier recién nacido, Jeff se revolvía, alborotaba y no quería dormir cuando debía. McKenna no tardó en descubrir que una manera de inducirlo al sueño era dormir con él. "Me acostaba con él y respiraba como si estuviera dormido", recuerda McKenna, 18 años después. Y respira profundamente, bombeando el pecho ante mí como si aún tuviera a su bebé arropado sobre él. "Noté que respondía muy bien a estas claves respiratorias. Entonces me pregunté de qué me asombraba: lo que tenía ante mí era un bebé de primate, nacido sin desarrollar, que la selección había hecho sensible al contacto y al cuidado de sus padres."

Sobre la base de esas siestas con su bebé, empujado por una mente antropológica que se dispara en todas direcciones cuando inicia una empresa erudita, McKenna empezó a hacerse preguntas sobre el sueño del infante humano. ¿Por qué debía Jeff dormir solo, si dormía mejor con uno de sus padres? ¿Algún bebé humano está diseñado por la evolución para dormir solo? ¿Cómo duerme la mayoría de los bebés del mundo? ¿Y cuáles son las consecuencias de dormir solo y de dormir acompañado? Esta obra se ha convertido en piedra fundamental de la etnopediatría; combina la historia cultural, la etnografía y las medidas biológicas. Y se propone modificar radicalmente la manera en que muchos crían a sus hijos.


Sueño infantil y cultura.

La gente pasa durmiendo una tercera parte de su vida. Y no dormimos de cualquier manera. La cultura y la costumbre, las tradiciones recibidas de las generaciones anteriores determinan cómo dormimos, con quién y dónde. Durante la mayor parte de la historia humana, niños y bebés durmieron con su madre o quizá con ambos padres. Nuestros remotos antepasados vivían en pequeños grupos que subsistían cazando y recolectando; cabe suponer que estas agrupaciones, en sus albergues temporarios, no tenían dormitorios separados para padres e hijos. Hace sólo 200 años que algunas culturas empezaron a construir viviendas con más de un cuarto; aún hoy es rara esa intimidad para el descanso, como no sea en las sociedades más ricas. En la actualidad, la mayoría de los habitantes del mundo vive aún en albergues de un solo cuarto, donde se llevan a cabo todas las actividades, ya sea durante la vigilia o mientras se duerme.

El antropólogo John Whiting descubrió una simple asociación entre el clima y el hecho de que los niños durmieran con los padres (entre otras conductas). Evaluando 136 sociedades de las que tenía información, delineó cuatro clases de disposición típica para el descanso hogareño: madre y padre en la misma cama, con el bebé en otro lecho; madre y bebé juntos y el padre en otro lugar; todos los miembros de la familia en camas separadas, y todos los miembros de la familia en una misma cama. Según descubrió, el patrón predominante en todas las culturas era el de la madre durmiendo con su hijo y el padre en otro lugar (50 por ciento de las 136 culturas). En otro 16 por ciento, el bebé dormía con los padres. Whiting apuntaba que muchas de estas culturas eran poligámicas, de modo que el padre variaba entre distintas casas y camas, mientras que la unidad estable era, en realidad, la de cada madre con su hijo.

También descubrió una relación con el clima frío. El hombre duerme con su mujer, como rutina, en los lugares donde la temperatura invernal cae por debajo de los 10 grados centígrados -presumiblemente, más por abrigo que por ningún otro motivo-, pero a menudo lo hacen por separado cuando el clima es más cálido. Por otra parte, el sitio donde duerme el bebé suele ajustarse a una situación climática diferente: por lo general, lo hace con la madre en las zonas de clima cálido, pero en climas más fríos, los bebés son envueltos en una manta sujetados a una tabla, para reducir al mínimo la pérdida de calor. No obstante, estas culturas representan una pequeña minoría de la población humana.


El sueño de los niños como modelo de vida.

Puesto que los padres controlan dónde duerme cada uno, es su sabiduría popular la que dictamina las disposiciones para dormir. Como he dicho antes, en aquellas culturas donde el principal objetivo de los padres es integrar a los niños en la familia, el hogar y la sociedad, se mantiene a los bebés al alcance de la mano, aún durante la noche. Los bebés duermen solos primordialmente en aquellas sociedades (principalmente en el Occidente industrializado y sobre todo en Estados Unidos), en las que se da importancia a la independencia y a la confianza en uno mismo. Subrayando este inconsciente objetivo social hay un supuesto aún más fundamental, sostenido por los norteamericanos y algunos otros grupos: que la manera de tratar a los niños desde el primer día tiene un efecto importante sobre lo que harán cuando sean adultos. No todas las culturas comparten esta filosofía. Los gusii, por ejemplo, consideran que la infancia es un período de dependencia, durante el cual el objetivo no es modelar al bebé, sino mantenerlo con vida. Creen que los padres deben esperar hasta la niñez para iniciar la educación. Para los mayas, madre y bebé son una unidad inseparable; ellos creen que los pequeños no están listos para la orientación hasta que aprenden a hablar y a razonar. En esta cultura no se considera que los recién nacidos sean susceptibles a la enseñanza, sino que sólo necesitan cuidados. En otras palabras: el sueño puede adquirir un tono moral. Y la base de esa moralidad es cultural, por supuesto.

Los padres norteamericanos creen que es moralmente "correcto" para los infantes dormir solos, aprendiendo así a ser independientes y autosuficientes. Que los padres duerman con sus hijos les parece extraño, psicológicamente patológico y hasta pecaminoso. Aquellas culturas en las que se duerme con el bebé piensan que la práctica occidental de acostarlo aparte es amoral y constituye una forma de descuido o irresponsabilidad de los padres. "En ambas culturas, los padres están persuadidos de que su estructura moral es la "correcta".

La diferencia de actitud también refleja la manera en que las diferentes culturas ven el sueño, en general. Los mayas lo tratan como si fuera una actividad social, por lo que dormir sin compañía les parece penoso, mientras que los norteamericanos lo consideran un tiempo para la intimidad: el sacrificio es compartir la cama. Además, distinguen claramente entre día y noche y la clase de actividades que se pueden realizar en cada momento de día, mientras que a los Kung San les resulta muy natural despertar en medio de la noche y pasar unas cuantas horas conversando en torno de la fogata. En su cultura no existe el insomnio, porque nadie pretende dormir toda la noche. En realidad, la investigación intercultural del sueño ha demostrado que despertar por la noche es mucho menos frecuente en las culturas occidentales que en otras.

Sin embargo, los padres occidentales toman como mucho más problemáticos esos momentos de vigilia, relativamente pocos, que suele tener un bebé durante la noche, en comparación con otras sociedades donde el sueño infantil es mucho más ligero. Pero no es sólo la industrialización o la modernidad lo que ha fomentado las noches de sueño solitario e ininterrumpido. Como mencioné anteriormente, los niños japoneses duermen con sus padres hasta la adolescencia. Aunque haya otros cuartos y otras camas disponibles, se acuestan en futons en la habitación de sus padres. Los japoneses ven en el niño a un organismo biológico aparte, que debe ser atraído hacia una relación interdependiente con los padres y la sociedad, sobre todo con la madre. Ellos prefieren no dormir solos, no pretenden -y probablemente no conciban que a alguien pueda interesarle- dormir solos. Compartir la cama con alguien que no sea la pareja también quita énfasis a la connotación sexual de la noche y la cama que tanto impera en la sociedad norteamericana.

Para los japoneses, el concepto de familia incluye compartir la noche; el modelo de familia tiende a orientarse hacia la madre y los niños, con el padre afuera, a diferencia de la versión norteamericana de la familia nuclear, con los padres como pareja sacrosanta y los niños subordinados a esa relación primaria. Otras naciones industrializadas han fijado patrones de expectativa en cuanto al sueño de los niños. Los holandeses, según han descubierto Sara Harkness y Charles Super, expertos en desarrollo infantil, piensan que es preciso regular estrictamente a los bebés, tanto en el sueño como en todos los demás aspectos. También atribuyen los problemas de sueño infantil a alguna interrupción en la rutina. Mientras los padres norteamericanos se esfuerzan por hallar soluciones a corto plazo para que sus hijos duerman toda la noche -paseos en coche, ruidosas aspiradoras, osos de peluche que dejan oír el ritmo de un corazón-, a los niños holandeses se los acuesta temprano, todas las noches a la misma hora, dejando que se adapten. Y si se despiertan, tienen que entretenerse solos y levantarse cuando llegue la hora.

Las madres holandesas mantienen este plan regulado haciendo todos los días lo mismo. No corren de acá para allá con sus hijos ni los llevan a pasear en coche. No creen en el estímulo y la excitación constantes para desarrollar las facultades cognitivas de los bebés. En cambio les ofrecen un ambiente estable, que permite pocas interrupciones y alteraciones. Como los japoneses, tienden a tener una opinión consensuada sobre la crianza. La regla de oro consiste en tener horarios regulares, para dormir y para todo lo demás.

Meredith Small
Extractado de: Nuestros hijos y nosotros

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miércoles, 10 de abril de 2013

Entrevista a Jean Liedloff, antropóloga y autora del concepto de "Continuum”.



La mayoría de las criaturas nacidas en Occidente viajan en cochecito, duermen en su cuna, lloran sin obtener el consuelo que reclaman… Padres e hijos nos separamos muy pronto, erróneamente convencidos de que estamos favoreciendo la independencia de los niños y nuestro bienestar.

La antropóloga Jean Liedloff convivió, durante los años setenta, con una comunidad de Venezuela (la tribu de los Yequana) y pudo observar una crianza de contacto continuo. Su famoso libro El concepto del continuum, revela la importancia de lo que designa como fase en brazos y nos recuerda que actuar contra las expectativas naturales de la especie humana nos lleva a perder nuestro bienestar y pasa factura.

Estamos tan alejados de nuestro instinto que convertimos en súper éxitos de ventas los libros que ofrecen métodos para enseñar a dormir a nuestros hijos, para poner límites, para aprender a comer ¿Por un lado el conductismo y por el otro el continuum?

Jean Liedloff: En América, el doctor Ferber enseña a las parejas el sistema conductista para dormir a los niños. Les explica que después de cinco minutos de atender al niño, deben salir de la habitación. En la segunda ocasión deben separarse de él diez minutos, en la tercera, veinte minutos… Al cabo de unas noches, el niño aprendió él mismo a consolarse. Usar esta palabra, consolarse, es reconocer la miseria de este sistema, que cultiva la desesperación del niño: ya no espera que nadie se interese por él. Lo más trágico es que él no está enfadado con sus padres, porque cree que son como dioses, son todo lo que un hijo desea y necesita. Así pues, el niño siente que no es bueno, cree que no es como debería ser, que no es suficientemente amable o interesante. Este sentimiento perdura a lo largo de toda la vida en el interior de la persona.

El problema es que este método aparentemente funciona. Unos días después, si los padres han sido capaces de sufrir los lloros, el niño se duerme sin reclamar presencia constante. ¿Como se pueden prever las consecuencias?

Claro que funciona, ¡porque el niño ya no llora!, pero cultiva la desesperanza. No hace falta esperar al futuro para hallar las consecuencias, las podemos observar en el presente. Si el niño ve que su lloro no funciona, que no le sirve de nada, pierde la esperanza. ¿Eso es lo que queremos para nuestros hijos? Si sufre, ¿no nos importa?

Nuestra sociedad tiende a creer que un niño que no llora es un niño bueno, que un niño que no reclama atención constante es un niño que se porta bien. Es un niño con el corazón roto. Probablemente es un niño que odia la sociedad. Un niño debería sentirse bienvenido y valorado. Entre nosotros, no hay casi nadie que se sienta así.

Todos los padres deseamos lo mejor para nuestros hijos. Hacemos lo que hacemos pensando que es lo correcto. Así que, ¿por qué esta incompetencia a la hora de criar? Desde bien pequeños nos cuentan que no debemos obedecer nuestros impulsos primarios: debemos hacer caso al doctor, al profesor, a la madre, etc. Siempre tenemos la referencia del adulto, y aprendemos a desconfiar de nuestros sentimientos si estos no coinciden con lo que este adulto nos marca. De mayores, aparcamos nuestro conocimiento instintivo, la voz interior que nos quiere alertar, y nos ponemos en manos de expertos que dicen saber cómo debemos cuidar a un bebé. Todo el mundo sabe, sin necesidad de un diccionario, que cuando un niño llora no es feliz, que está pidiendo algo. El primer experto es el bebé, que sabe lo que pide; el segundo experto se halla en el interior de cada madre y cada padre. De pequeños nos dicen que no debemos obedecer nuestros impulsos primarios: debemos obedecer al adulto. Así aprendemos a desconfiar de nuestros instintos y sentimientos. Si no hemos criado a un niño continuum, ¿qué podemos hacer para resolverlo?

Un niño de cuatro años lo puedes poner a dormir contigo, si él lo desea, hasta que se vaya por propia voluntad. Si tienes un hijo mayor, puedes hablar con él. Lo que hace falta es exponer los sentimientos. Si tú misma no te sentiste suficientemente acogida, también. Yo nunca me sentí bienvenida, y hacía todo lo posible para que mi madre se sintiera orgullosa de mí. Descubrí que haciendo bromas, ella reía. Y yo hacía bromas. Pero me di cuenta de que ella no se reía porqué estuviese orgullosa de su niña sino porque el juego era divertido. Reconocerlo y explicarlo también ayuda.

Volviendo a los hijos, es un hecho biológico que al dormir con otra persona, con un animal de tu misma especie, se crea empatía. Cuando tienes dos hijos, ponerlos a dormir juntos es una buena idea. Serán más amigos.

Es por eso que afirma que los hermanos no han de sentir celos. Los celos no tienen razón de ser. No es ninguna norma de la naturaleza que los mayores tengan que sentir celos de los pequeños. Si el primer hijo dejó voluntariamente los brazos de la madre, si “aparca” el continuum al empezar a gatear, porque que confía en que puede alejarse pero también puede regresar cuando quiera, no siente que le estén quitando nada. Y si no tuvo eso cincuenta años atrás, cuando era el momento, seguramente aún lo está buscando. Lo buscará en la empresa dónde trabaja, en su pareja, en cualquier lugar o sustancia.

Vivimos en una sociedad adicta a las drogas, al alcohol, al trabajo, al sexo, a la tecnología… ¿por falta de continuum? Se puede afirmar casi con total seguridad que todas las adicciones tienen su inicio en la infancia. Con las adicciones pretendemos conseguir un estado de bienestar, un estado de conciencia más confortable. Nos sentimos incómodos y buscamos la evasión. El adicto busca la misma sensación que tiene un niño cuando está en brazos: confort y seguridad, sin la responsabilidad de pensar y decidir.

El contacto madre-bebé parece la solución para la paz mundial. ¿Los niños Yequana no se pelean?
Parece imposible, ¿verdad? Nunca los vi pelear ni discutir gritando, ni niño con niño ni adulto con niño. Los indios adultos tampoco se pelean. A veces se emborrachan y lo que ocurre es que ríen mucho; en su sociedad tiene mucho valor quien más ríe. No llevan la furia dentro de si, y quizá por eso no tienen tensiones musculares, ni otros de nuestros males sociales. La delincuencia y la criminalidad son problemas propios de nuestra sociedad. Las personas que cometen actos violentos contra otras personas son generalmente las que se sintieron poco bienvenidas, poco acogidas, son hombres y mujeres que creen que no son buenos, posiblemente porque, al principio, no se sintieron suficientemente acogidos por sus padres.

Es fácil imaginar que una persona que se siente mala actúe como mala contra la sociedad. Un poco de sal, un poco de pimienta… ¿cuál sería para Jean Liedloff la fórmula mágica para mejorar la salud de la sociedad?
Tratar a los niños y las niñas de manera que se sientan bienvenidos y valorados. Que noten que pertenecen al right staff, a la clase adecuada. El ideal sería poder sentir eso: “Soy quien debo ser, estoy en el lugar correcto, soy respetable y respetado. Cuando alguien me conoce confío en que voy a gustarle y que seré valorado, que no me rechazarán”. Y en cambio nos pasamos la vida actuando de tal manera que nos valoren. Como si hubiésemos nacido en pecado. Esa es la idea cristiana: nacemos con el pecado original.

Una queja clásica de los padres es que los hijos reclaman continuamente su atención, aunque sea en negativo. En lenguaje popular decimos que los niños tienen mucho cuento, como si siempre quisieran tomarnos el pelo.
Es lo que entendemos por relaciones adversariales, muy habituales en nuestra sociedad ¿Pero cómo es posible que los niños puedan ser nuestros adversarios? ¡Los padres lo son todo para los hijos! y ellos sólo necesitan llamar la atención cuando sus experiencias no son correctas.

Usted también defiende que los niños quieren que los padres les marquemos límites. Necesitan saber las costumbres de su gente. Eso no significa que limitemos o rechacemos, sino que informemos sobre cómo hacemos las cosas en cada casa. En una ocasión fui a comer en un restaurante con una familia amiga y el niño pidió al camarero que le llevara alguna cosa. Yo me acerqué a su oreja y le aconsejé, bajito: -Di por favor. Eso no se interpreta como un juicio contra el niño sino como una información, y no pone al niño en  ridículo, sino que le permite sentirse a tu lado, en el mismo equipo.

Otra de sus recomendaciones es atender a los bebés sin que sean el centro de atención.  No deben ser el centro de atención. ¡Y no es lo que ellos quieren! Si tú eres la madre, no puedes estar pidiendo continuamente al bebé qué quiere hacer o qué quiere que haga mamá. Eso equivale a no comprender para nada el concepto del continuum. Más bien es Yo hago lo que hago y tu eres como un pasajero, que mira y aprende lo que hacen los adultos de esta cultura, de esta raza. El pequeño tiene un sentido natural de la jerarquía, entiende que los niños mayores saben más que él y los sigue para aprender qué hacer. Al principio participa de la vida de los adultos de forma pasiva, pero no como protagonista central y único. Durante miles de años, la persona que atendía el bebé lo hacía a la vez que otras cosas, normalmente trabajando en el campo con el niño encima, pero sin estar permanentemente pendiente de él.

 

Las bases del Continuum.


El concepto del Continuum explica que, para conseguir un desarrollo físico, mental y emocional óptimo, los seres humanos –en especial las criaturas- necesitan vivir el tipo de experiencias a las que nuestra especie se adaptó durante el largo proceso de nuestra evolución. Para un niño, estas experiencias incluyen:

* Contacto físico constante con la madre (u otro familiar o persona que le cuide) desde el nacimiento.
* Dormir en la cama de los padres, en contacto físico constante, hasta que se vaya por decisión propia (a menudo alrededor de los dos años).
* Lactancia materna a demanda.
* Permanecer constantemente en brazos o en contacto con el cuerpo de otra persona (normalmente la madre), situación que le permite observar el entorno mientras la persona que lo carga hace su trabajo, hasta que el niño empiece a moverse y gatear por su propio impulso (normalmente entre los seis y los ocho meses).
* Las personas que lo cuidan deben responder inmediatamente a sus señales, sin juzgar ni invalidar el lloro o la demanda del niño, pero sin convertirlo en el centro de atención constante.
* Hacer que el bebé sienta que cumple las expectativas de los adultos y que es bienvenido y digno.

El libro original “The continuum concept” se publicó en 1975. La edición en castellano es El concepto del Continuum, Ed. Obstare, reedición de 2007. Sílvia Marty (entrevistadora) es periodista especializada en salud familiar. 






miércoles, 3 de abril de 2013

Mensajes para el alma.



"Tu tarea no es buscar el amor, sino buscar y encontrar dentro de ti todas las barreras que has construido en contra de él". 
Rumi. 

Mensajes para el alma.




"Cuanto más des de ti mismo, más abrirás la puerta para que la abundancia fluya en tu vida".