¿POR QUÉ LA MENOPAUSIA ES TAN MAL VISTA
ACTUALMENTE?
En las antiguas civilizaciones y tribus, el final de la vida fértil de una
mujer era tan importante como la menarquía o inicio de su vida fértil. Habían
ceremonias dedicadas a este momento en el que la mujer agradecía a su sangre
menstrual el haberle otorgado el poder de procrear vida y se le preparaba para
la siguiente etapa: la posada de la abuela. Las
mujeres recibían especiales atenciones y cuidados y eran instruidas por las
mujeres mayores en el cuidado de las nuevas funciones de su cuerpo en el cual
ya no habría una descarga mensual de energía y sangre, sino que esa energía se
quedaría ahí para que la mujer la aprovechara para cuidar de su pueblo y de su
cultura.
Hoy en día son muy pocas las mujeres que han tenido
un ritual de paso en el cual es honrado y agradecido su ciclo fértil, ni hablar
de recibir consejos sabios de otras mujeres para cuidar de sí mismas en esta
siguiente etapa. Por el contrario, este cambio es considerado un tema médico y
como tal, un síndrome, casi enfermedad. Lo único que sabemos por cultura
general está relacionado únicamente con el malestar en el plano
físico-hormonal: bochornos, irregularidades, osteoporosis, mal humor,
hinchazón, etc. Pero ¿Qué podemos esperar si en nuestra época ni siquiera
sabemos valorar el poder de nuestra sangre menstrual? ¿Cómo vamos a honrar la
nueva etapa si pasamos la anterior desapercibida? ¿Cómo sentirnos honradas de
llegar a esta edad cuando la cultura nos dice que estamos cada día más cerca de
un asilo y no se nos respeta por los años que hemos caminado en la tierra?
ASPECTOS PSICOLÓGICOS DEL OTOÑO FEMENINO.
Esta etapa de la vida de la mujer podría compararse
con el Otoño de nuestras vidas. Durante el otoño, las hojas se marchitan y
caen, los vientos crecen y barren semillas limpiando todo, removiendo la
energía de la Tierra. Este movimiento incita a la reflexión, a la acción de
limpiar, de simplificar y reacomodar. Esta misma energía es la que influye en
la mujer al final de su vida fértil.
Así como la primavera luminosa es la niñez-juventud
y el verano fértil la maternidad, el otoño es la mujer sabia y la menopausia es
el umbral que nos hace entrar a este nuevo ciclo. En el otoño todo deja de
crecer, lo que la mujer ha logrado o no en su vida se hace evidente, llega el
momento de simplificar su visión, moral y valores para así reacomodar sus
prioridades y necesidades en su nueva vida.
LA FRUSTRACIÓN Y LA MENOPAUSIA.
Está comprobado que cuando una mujer no ha logrado
sus sueños y las metas de su vida, sufrirá la menopausia mucho más que una
mujer realizada en los diferentes aspectos de su vida. Esto tiene que ver con
un efecto psicológico donde entendemos que nuestra vida fértil y la energía
fértil se ha terminado, cuando no hemos logrado nuestros sueños antes de esta
etapa, lo más probable es que sintamos que ya no tendremos ni la fuerza, ni el
tiempo, ni la energía para lograrlo.
Si te encuentras en este caso, es importante
acercarse a algún círculo de mujeres sabias, y ahí recibir los consejos y
enseñanzas de otras mujeres que nos ayudarán a comprender cómo realizar
nuestros sueños y aprovechar al máximo toda esa energía de transformación que
la menopausia nos ofrece para lograr nuestros objetivos.
DE LA FAMILIA PROPIA A LA FAMILIA UNIVERSAL.
Otro factor que influye en los malestares
relacionados con la menopausia es nuestra identidad como madres de familia.
Muchas mujeres que hoy están entrando a la menopausia han sido educadas sólo
para ser madres y esposas. No estudiaron, no desarrollaron proyectos, sólo se
casaron y tuvieron hijos dedicando sus "mejores años" a su familia.
Para algunas de ellas la menopausia puede ser fatal, representa el fin de su
vida pues en su identidad no tienen otra perspectiva más que la de ser madres
de su familia, nadie les explicó que sucedería después. Esta ruptura
fisiológica de la fertilidad con la identidad de madres que vivieron por más de
40 años es la que genera tanto desconsuelo y malestar físico en muchas
mujeres... desgraciadamente, muchas de ellas no se enterarán que en realidad
tienen mucho por hacer aún pero ahora como madres del mundo.
UNA PRÁCTICA ESPIRITUAL: SABER DAR AL MUNDO.
Cuando una mujer guarda toda la energía que se
libera durante la menstruación está lidiando con una enorme carga energética y
emocional que durante la edad fértil estaría liberándose mes con mes. Es de
suma importancia que las mujeres, de cualquier edad, tengan una práctica
espiritual que les enseñe a manejar su energía física y psicológica de manera
más positiva. Piénsenlo bien, un bochorno, por ejemplo es un montón de energía
fuego que ronda por el cuerpo buscando la manera de salir. Cuando no tenemos
una práctica como el yoga, qi gong, danza u otra nuestro cuerpo y sistemas de
energía harán el trabajo como puedan... y la manera natural del cuerpo es sacar
esa energía por medio del sudor y el calor corporal. Para mejorar los
bochornos, lo mejor es tener una ruta de escape permanente.
Lo mismo sucede con la sequedad vaginal, la
resequedad en la piel y otros síntomas que si bien tienen una explicación a
través de las hormonas su origen, visto desde las medicinas alternativas, no
está en esas hormonas sino en el proceso de autoconocimiento, en la
alimentación, en la hidratación y calidad de agua que consumimos. Pero más que
nada, está relacionado con nuestra ira interior o el estrés emocional que
explicamos anteriormente.
Por ello es tan importante tener una práctica que
cada quien elegirá según sus creencias y prácticas personales.
El círculo de mujeres puede ser de gran ayuda para
lidiar con temas culturales o psicológicos, las terapias como la acupuntura y
la herbolaria pueden también servir mucho para controlar los malestares, pero
el consejo general de las mujeres sabias es: HAZ ALGO CON TODA ESA ENERGÍA,
VUÉLVETE MADRE DEL MUNDO.
MADRES DEL MUNDO.
Cuando llegamos a esta edad de la menopausia y
tenemos toda esa energía, nos encontramos en plena capacidad para involucrarnos
en el cuidado de nuestra cultura, sociedad y planeta. Como ya los hijos han
crecido la mujer tiene toda la experiencia en el cuidado y además tiempo para
dedicar a asuntos importantes como cuidar la ecología, el agua, la educación de
otras mujeres, etc. Así, el mejor remedio recomendado cuando una mujer se
siente "fuera de su identidad de madre" es que se involucre en alguna
actividad social o cultural donde pueda expresar y aplicar su conocimiento como
madre.
Referencias:
Publicado en Facebook:
Colectiva menstruarte.